Es decir: las cuatro grandes eléctricas del IBEX 35 pagan algún tipo de estudios en esta universidad privada, que también acoge la Cátedra de Industria Conectada –en cuyo patronato están Repsol, Endesa o Enagás, entre otros– y la Cátedra de Energía y Sostenibilidad, que paga British Petroleum, empresa más conocida como BP. Otras fuentes, sin embargo, sí consideran que la colaboración entre empresa y universidades es beneficiosa para el alumnado –que de otra forma no tendría acceso a determinada formación– y para el conjunto de la sociedad. Argumenta que la academia da a estas compañías “un marchamo de conocimiento, de seriedad y de importancia”: “En términos de imagen, es muy rentable para una eléctrica tener una cátedra en una universidad”.
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Si a eso le sumas la visibilización como empresa que apoya el conocimiento y la universidad, es una estrategia muy buena”, reconoce el profesor de la UCM. Esto, sumado a los recortes en la inversión pública, se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para la entrada de estas compañías en las instituciones universitarias. Es este difuso concepto, el de la sostenibilidad, el que impregna una parte importante de estas investigaciones financiadas. Asimismo, este año ha impulsado la creación de un máster en Tecnologías de Hidrógeno junto a cinco universidades. Posteriormente ha sido consejera de diversas empresas como Abertis, EDP Renováveis y Red Eléctrica (en esta última a propuesta del Gobierno), además de la primera mujer al frente de la Comisión Nacional de Energía (2005-2011) y una de las personas de confianza de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Considerada comola sexta empresa que más gases de efecto invernadero ha emitido históricamente en el planeta –34.
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02 billones de toneladas desde 1965–, patrocina la Cátedra de Energía y Sostenibilidad en la Universidad de Comillas desde 2002, la cual “considera que un modelo energético sostenible es aquel que contribuye al bienestar de la humanidad, mientras preserva los recursos ambientales o institucionales, y contribuye a su distribución de forma justa”. Así, Iberdrola anunció en 2018 su patrocinio de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial en Comillas: “Iberdrola apoya la investigación en ética empresarial”, publicó la propia universidad tras la firma del acuerdo por parte del presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán. De la misma forma, defiende que las propias universidades tampoco deberían permitir estas situaciones “que solo contribuyen a lavar la imagen” de estas multinacionales. Para Vides de Dios, la sociedad queda a merced de unas propuestas investigadoras y de transferencia de tecnología que solo obedecen a la lógica del beneficio económico empresarial: “Ante el reconocido estado de emergencia climática actual, ninguna de estas cátedras apostará por planes de decrecimiento, ni por la justicia global ni, en definitiva, por el objetivo principal que debería asumir una institución pública: el beneficio de la sociedad”. Al tiempo que ejerce como tal, se sienta en el Consejo de Administración de la petrolera, un puesto que ocupa desde 2017 para realizar funciones de consejero externo independiente. No obstante, sostiene que en España no existe una relación regulada y transparente entre la universidad y la empresa, algo que sí sucede en otros países de nuestro entorno: “Por eso, cuando se juntan, surgen dificultades, porque se establece una relación interesada. Ante ello, considera que todo depende de que “quien las patrocina sea parte de la solución o parte del problema: si eres parte de la solución, puede funcionar; si eres parte del problema, es más complicado”. Se mezcla la ideología con la investigación y, por ejemplo, pueden pensar que son las multinacionales quienes deben capitanear la transición ecológica en lugar de la sociedad civil.